Me llamas.

Quisiera que supieras
que te siento en esta oscuridad;
en la nada potente y suprema
que habita mi alma colgada al precipicio
donde siempre se cae
y no hay fin para la caída.

Aquí
no hay un respirar que me permita
seguir respirando a tu lado
ni un mirar a los ojos que me indique
que sigues siendo mi premisa.
Eres mi amor
aunque yo
no exista.

Hay un frio muy fuerte para mi piel
que desnuda te habita,
y se interna en tus huesos fuertes de recuerdos
que han amado hasta los míos
desde el ayer de los tiempos cuando morí,
hasta la señal de mi lugar de amores,
amante sí, de la oscuridad profunda
en la que me llamas.

 

"...en la nada potente y suprema
que habita mi alma colgada al precipicio
donde siempre se cae
y no hay fin para la caída."

Solo las alas salvan de esos precipicios.
Pero a veces las alas están rotas.
Entonces hay que caer con dignidad
amando como usted lo hace
hasta la última gota de alma.
Y dejando saber que así es como se cae.

Reciba mi emocionado aplauso por su poema maravilloso.
Aunque no le sirva para amortiguar caídas. O evitarlas.

 

Grandiosas letras, una autora fantástica, emocionante.

 

gracias don césar.............pero sus palabras pueden aliento cuando se ha caído...........Se puede sostiener la integridad con una buena apalabra dicha a tiempo...............un besote pero de esos bien grandes.............Clari

 

gracias don jorge por cada palabra que me dice.............pero ¿Será verdad eso de fantastica?..........eso bastante arriezgado.........pero demasiado lindo para soñar con fuera en verdad así............gracias mi señor jorge................un beso muy bello para usted...................Clari