Medicina.

La tengo en frente.
La puedo penetrar.
Por debajo del puente.
El río fluye hacia el Mar.


Y no se deja.


Estudiantil.
Ajo y perejil.
Yo, entre rejas.
No soy juvenil. Conejo al ajillo. Para un hombre más hambriento que yo.


He de esperar. Escenarios de cartón-piedra. Atrezzo, para la filmación de un cortometraje


de comedia.
Los Picapiedra.
Pablo Mármol sonríe... ¡ Estúpido !
Pedro se peina. Y yo tomo nota. ¡ Betty, Wilma, venid acá !


Con papá. Mas no. ¡ Cuánto lo siento ! No habrá encuentros esporádicos, en camerinos.


Me conformo con mi destino.
Súper-López, en el Polo Norte. En Villa-Soledad.
Mortadelo y Filemón, y el profesor Bacterio, que no descubrió la penicilina.
Astérix y Obélix. Están locos estos romanos...


Me curo en salud. Una cura de humildad...

 

Maravilloso, con mucho ingenio.

 

Gracias, Rami.
El fracaso es bienvenido.
Porque la disciplina nos conduce al éxito.
Pero luego, hemos de agradecer a todo el equipo que estuvo presente.
Y a los familiares y parientes. Y al público respetable.
En cambio, si fracasas, pues puedes abstenerte de pronunciarte...
Y saber que eres una sombra, solamente.
O una marioneta, o un esclavo...





O incluso, un orco del mago Sáruman.

 

Tienes la facilidad para emparejar las cosas más disparejas. Tus letras siempre son divertidas y complejas. Abrazos amigo Nomo

 

Gracias, Fabiola.
Soy un niño feliz.
Eso es todo.
Me encantaría llegar a ser un hombre, el día de mañana.
Pero debo respetar mi molde. No soy rotundo.
No soy un hombre, de los pies a la cabeza.
Yo tiemblo, a menudo. Me esfuerzo por contenerme.
Por no ladrar. Y claro, me doy cuenta de que soy un perro.

 

Entretenido y me sumo al comentario anterior, que capacidad para emparejar lo desparejo. Saludos poeta.

 

Gracias, Rey de la Patagonia.
Un meneíto...
Un cocktail.
Una mezcla sabrosa.


Algunas ideas pueden llevarse bien, con otras ideas.


Pero hay que disfrutarlas.
A medida que aparecen, en el texto.
No se trata de escribir mecánicamente.
No soy un robot.