Mendigo pensador

Quejumbroso, arrodillado; musitando palabras huecas...
Se dispone a zarpar, con su lancha náutica.
Está sentado al borde del portal de un hotel. Escombro humano. Despojo...
Patético. No sabe pescar monedas. No tiene nada que hacer. Ha llegado muy tarde...


Rumbo a las emociones. Hacia las grandes olas que rompen junto al pedestal de San Francisco de Asís.


¡ Oh, no ! Mendigo...
Mirada...
Estrella... ¿ Extintor de incendios ? Soy pobre y no tengo a dónde ir.
Luna y sonrisa; sin helado de turrón. Sin cucurucho. Sin pijama ni camisón. Sin zapatillas...


¡ Mierda, mierda, mierda ! Estoy hasta la coronilla del santoral, y de la Ecclesia.





Santa Iglesia, dime ¿ De qué me sirve rezar ?
A piñón fijo, pedaleando en mi bicicleta.
¡ Hice la Primera Comunión ! Pero la suerte está echada. Alea jacta est.
Locura...


Ecclesia, locura, San Francisco de Asís, emociones, olas y ¡ Una moneda !

 

Ay que ponerle fe en las buenas obras que se hace, entonces viene la recompensa
Dios nada regala gratis hay que merecerlo. El poema es bueno amigo Nomm0.

 

En eso, estamos de acuerdo. Algún día, ese mendigo será un caballero. Pero por lo pronto, al parecer, está pagando por las barbaridades que hizo, en una vida anterior.