Mi consentida.

E

ntre rosas y jazmines
es muy fácil deambular:
Tus ojos, tu piel, tu boca,
Imprimen felicidad.

Tengo entre mis amores,
amores puros y bellos,
pero nada de esto iguala
un rizo de tus cabellos.

Con los años decursados
he ido a menos...¡no lo dudo!
Mas tu amor por mi me ha dado
lo que nada nunca pudo.

Has sido mi consentida
desde que te conocí.
¡primavera de mi vida,
amor que Dios me ha entregado!

Quisiera poder mostrarte
desde dentro el corazón
y que entiendas lo que siento...
¡perfume de mi ilusión!

Está cayendo la tarde
de mi vida y de mis sueños,
siento un dolor infinito
de no haberte dado más.

Mas son cosas materiales
que en mi interior, yo desdeño.

Dios me premió con tu vida
abnegada y placentera:
te he disfrutado ¡querida!
como perfume a mi vera.

Es posible no haya sido
un ejemplo en los negocios.
Es posible reina mía
me haya acongojado el ocio.

Ocio que nunca he buscado:
Ocio que jamás aprecio.

¿Estaré pagando el precio
de mi quijotismo humano?
Quijote sabes que he sido
por intentar lo correcto.

Amo al pájaro, la flor,
la belleza y lo sagrado.

Sufro por mi Patria hermosa,
sufro con dolor extremo,
sufro por los que no sufren
ante el dolor y atropello.

En este mundo que otrora
bueno fuera, hoy me horrorizo:
Lo material a lo puro
con impiedad lo deshizo.

Yo sé que he sido imperfecto,
he luchado por no serlo,
pero, nadie te ha querido
como yo he querido hacerlo.

 

Llegando por sus versos sonoros,
que siga compartiendo.



Pepe*