Mi gobernanta...

Le gusta gobernar los elementos,
ver Netflix, desmontar mis argumentos
y hacerme padecer hasta el delirio.
Es una lorza andante tocinera
nacida para hurgar en mi cartera
y hacerme hollar la senda del martirio.

Se pone a dar por culo y no termina,
no plancha, no cohabita, no cocina,
pero échale tú un par y se lo dices...
Le gusta gobernar más que a un alcalde,
dar crédito al rumor, charrar en balde,
y a todo inocularle sus matices.

Si alguna vez la quise, no me acuerdo,
pero he de confesar que, cuerdo cuerdo,
lo que se dice cuerdo en mis cabales,
no lo he estado ni en sueños nunca menos
que cuando puse rumbo entre sus senos
a la elaboración de dos zagales.

Y así, por cuatro tristes carrigüelos
-si miento, que me caigan de los cielos
hasta que gane el Hércules la Liga
o Sánchez haga un bien, chuzos de punta-,
pasó mi adolescencia a ser difunta
y el cerdo a establecerse en mi barriga…

 

Dos carrigüelos, eh, yo tuve 3, dos hijas y un hijo y son toda mi felicidad. Lo felicito por su familia. Un abrazo fuerte.

 

Muchas gracias, Luciana.
Otro abrazo para ti

 

Yo era de los que en el autobús dejaba sentarse a los niños, porque los viejos ya tuvieron su tiempo para no saber o no querer ser de otra manera, pero ahora lo veo algo distinto, y considero que debemos honrar a quienes han sufrido más tiempo al Tiempo.

Abrazo

 

Por supuesto