Mi Mascota:

Es un perrito pequeño
que alguien lo dejó en el pueblo
cierta mañana de invierno:
es el puerto vivo al que llego
en mis olvidos del tiempo;
doy en él todo el afecto
que al universo yo debo;
él es mi puente directo
entre yo y mis desencuentros;
es el vaso en el que bebo
de todo el mundo lo bueno;
con su rabito travieso
me hace olvidar los recelos;
con su saludo me alegro
y alumbro mis pensamientos;
con sus ojos halagüeños
aleja de mí los miedos;
su lengua de terciopelo
restaña mis desalientos.
Cuando todo está sereno
de la noche en el silencio,
acaricio a mi perro,
miro atento el firmamento:
entonces vuelo en el cielo.

 

hacia mucho que no leia versos tan hermosos dedicados a un perrito...son tiernos, conmovedores, y algo tristes al pensar que Dios en su gloria los ha hecho de tan corta vida, comparada con la del ser humano...cuide mucho de su perrito...aca yo tengo tres de ellos y son mi vida...y los mas fieles acompanantes de mi soledad...RRR

 

Sensibilidad como la tuya,
RICARDO R. RUIZ,
no la tiene el común:
escribir a un "perrito" no espera ninguna estrella; el mensaje selecto llega del perrito a uno, y eso es único. GRACIAS por compartir estas pequeñas debilidades inquietas de mi afectividad.