Mi musa

Hola sabe, que con la musa qué es usted
Sería el pintor más maravilloso del mundo
Quien con los ojos cerrados pinta ante el azul del cielo en bocetos su rostro
Que refleja el significado del amor
La belleza la bendición de Dios a la tierra
Utilizando las nubes de encaje para bordear el detalle que representa.

 

A la sombra de las musas,
estuvimos eclipsados,
¡ Tanto tiempo, almibarados !
Como duraznos o melocotones
en almíbar. Enlatados,
dentro de la despensa.
Pero crecimos y anduvimos,
por do ningún ser carnal camina,
y aprehendimos o capturamos,
deglutimos, asimilamos,
las enseñanzas de almendras,
avellanas y nueces.
Para colmo, don Helado,
se añadía en modestas dosis,
junto con doña Mermelada,
y para colmo, ¿ Gaseosa ?
Sor Gaseosa La Casera,
¿ Cómo sale usted del convento ?
Inventemos la Primavera.
¡ Inventemos ! Hoy, las musas,
se han fundido en una sola,
entre española y rusa,
entre música y compositora.





Entre usted, en nuestra casa,
¿ Vino tinto ? ¡ Buen provecho !
El verano, bajo techo.
Sí, el mucho Sol nos impresiona.
Pero ¡ No se escape,
por la tangente ! De la rusa





y española, obtuvimos mucha gente.
Es verdad que entre los chinos,
judíos y beduínos, hindúes,
nepalíes y afganos,
¿ Quién sabe si alguno,
sabrá tocar, tan bien, el piano ?

 

Las musas existen para el pesar de mi querido Sebastián Nommo. Y en el poema que nos presentas, la inspiración se agita gracias a algún otro alguna de ellas. Un gusto conocerte, un abrazo.