Mi Palomica

Paloma blanca y risueña,
vuelas alegre junto a mí;
me acuerdo de una princesa,
alma y corazón carmesí.

En la tarde primavera,
el sol, calentando el jardín;
desde que partiste, nena;
sólo hay lugar para ti.

Esperando tu regreso
le saludo a la mañana;
cuando veo que aún no has vuelto,
espero verte en mi sueño.

Por aquí la vida pasa
sin mucho acontecimiento;
la abuela tejiendo lana;
el perro se hace mas viejo.

Sólo me acuerdo de ti,
día tras día en la granja.
A ninguna otra mujer vi,
guárdote un sitio en mi cama.

Es un presente precioso;
mas si no vienes... partido;
sólo una mitad disfruta
del campo y sus maravillas.

El futuro dibujado
en un cachico de papel;
estoy viviéndolo solo,
te ruego, súbete al tren.

Sin otro asunto querida,
me despido en esta carta;
Sintiendo que eres mi vida...
hoy, ayer y siempre amada.