Mi tierra.

A manos ávidas el reparto quedó cumplido.
Todo os lo llevasteis con el hambre de la hiena
con el hedor, pútrido, de todo lo podrido.
Cómo los lobos hambrientos de luna llena.

Solo queda el amor de las madres, de las mujeres eternas
De aquellas que juraron darnos pan aunque murieran.
El desprecio me acompaña, viendo de mil maneras,
que las alimañas pastan por estas verdes praderas.

España no te conozco, no acabo de comprenderte,
cuando nacen los hijos, mueren nada mas verte.
Que han hecho contigo patria, tanto secuaz de lo suyo
Te han roto vida y alma, robándote hasta el susurro.

No queda nada de entonces, ¿ que valores?, solo suertes.
Ahora que todo está dado, juegas a entretenerte.
A desafiar muy despacio al andar que te pervierte.
Entre tanto ellos ríen, jactándose, mientras tu yaces inerte.

Que parodia es la vida mientras gira la ruleta,
de la parsimonia encendida, realizando sus piruetas.
Ya no es lo mismo que antes, antes no estabas muerta.
Vivías con todo el pueblo, repartiendo de tus huertas.

Que desgarro patria mía, cuando te dividieron en partes.
Ahora que pasado el tiempo no tienen para pagarte.
De donde sacar dineros, para alimentar elefantes.
Otra vez del pueblo llano, con el que nadie comparte.

Gira la desgraciada historia cómo aspa de noria enloquecida,
para encontrarnos de nuevo con el alma, acaso, empobrecida.
Mientras, mueren las ilusiones de esta generación perdida
entre los sollozos de muerte y las agonías por el pueblo repartidas.

Vive y deja vivir, sencilla es la componenda de este decir cotidiano
así dejaré de estar, dolorosamente harto,
del decir del que gobierna y del que lo hizo en el pasado.
Puesto que lo mismo da, que da lo mismo, dar a luz que tener un parto.

Fin.

 

Muy interesante tu poema. Esperemos que todo se arregle.
Un saludo.

 

Gracias por tus palabras amigo.
Brumas.