Miedo

Tiéndeme la mano,
Aunque extraño me seas
Y tus ojos,
Nunca antes,
Me han mirado.
No tengas en cuenta
Mis pecados,
Ni la vanidad
Que un día me vistió,
Ni los errores
Hacia los que me arrastré,
En los que con alegría,
Despreocupada,
Me enterré,
Pues ya el tiempo
En su balanza justa
Los ha pesado
Y colocado.

Dame la mano
Para que la apriete,
Para que a una boya redentora
Yo me arrime,
Cuando ya,
A mi cuerpo
Le engulle la muerte
Y todo lo dicho,
Lo que fue contemplado,
Son frías cenizas
Que del túnel
del arrepentimiento
Ocupan su sitio.

Miedo tengo
De adentrarme
En su blanca nada
De perfil oscuro,
Sin tener a alguien
A mi lado,
Que acompañe mi salida,
Apenas sea
con una lágrima salada,
Con un adiós
Suave y tranquilo,
Para deshacerme
En la niebla
De la que salí
En el umbral
De mi nacimiento.

 

Una bonita melancolía recorre tus versos y se me lleva con ella. Buen poema compañera miara. Un abrazo. Paco.

 

Sensible, casi místico, por el arrepentimiento, pero no tienes de qué
tener miedo, en ese mas allá será distinto, sin odios ni sufrimientos.
Con gusto dejo mi huella querida miara. Besos para ti con mi afecto.

 

Maravilla de letras magníficas, un trabajo excepcional.

 

Artística melancolía; tu don poético hace transmitir el sentimiento
Saludos

 

Brillante belleza magnífica de una admirable obra preciosa.