Mito

Hubo un tiempo,
pulsión de la memoria,
oculto a la luz,
grabado en la piedra,
cegado entre recuerdos
que apenas dejaron huella
siendo angulares sombras,
anónimos e inadvertidos signos
de un pasado
que vino a encarnar,
prendida en la arcilla
la carne y el hueso,
el peso de la vida
como inalcanzable sueño
que buscaba transcender
más allá de lo que es
el puro azar, como fiel
trasunto de los dioses.

 

Siempre el mismo sueño, la utopía de transcender, ir más allá del propio límite o al menos producir un eco que se perpetúe para siempre. Utopía que a veces se convierte en realidad, por cierto.

Me gustó el poema y mucho el contenido, al menos el que yo he entendido, claro.

Un abrazo.

 

Gracias, Luis de Pablos, por tu atento comentario. Creo que has entendido perfectamente lo que he querido plasmar. Ese afán de que, no siendo inmortales, podamos dejar alguna huella como vestigio de nuestro paso por este mundo. La huella es la que nos da cierto marchamo de inmortalidad. De nuevo gracias. Un abrazo.

 

Bello poema que ensalza una imagen de lo trascendental e imperecedero, nuestras obras.
Excelente escrito para los arqueólogos del futuro.
Un saludo.
Rodrigo del Río

 

Gracias Rodrigo. Saludos

 

poema épico donde muestras tus grandes dotes de poetisa... un gusto leer tu elegía

 

Gracias, Antorcha 2015, por tu lectura y apreciado comentario. Sé que lo de Xana, ninfa, ondina, sirena de aguas fluviales y lagos, llama a confusión, no era mi intención, fue el primer nombre que se me ocurrió, pero, sin llegar a serlo, en tal caso, sería poeta. De nuevo, gracias. Un abrazo.