Naciones

Naciones

Si para ver el mundo bien de veras
ya tengo que subir al borde cielo,
me llevaré de un mapa solo el pelo...
La cara, aquí se queda con fronteras.

Y en el umbral del desinforme, enteras,
condonaciones de los grandes celos,
que dividieron del humano anhelos,
se ahogarán en las comunes ceras.

Podrá volver la primavera limpia
a sazonar los agridulces techos
y revivir de la utopía en hombres.

Nada será sin solución Olimpia,
aquella urbe que de los dioses hechos
nacieron líneas para darle nombres.