Necesidad

La muerte aún me observa
Podré ir y venir al resto de las cosas,
pero la muerte sigue ahí, firme.
La he escuchado hablarme algunas veces.
Una vez la oí decir:
“ya casi, poeta”.
No le presté más atención,
pero se ah acercado cada vez más desde entonces.

Otra vez, mientras dormía,
desperté para mear, regresé y
la vi acostada en una orilla de mi cama.
Entonces no me acosté,
comencé a escribir.

Dijo
“Está bien por hoy.”
“Bien,” contesté yo.
Se fue, y pude acostarme.

A veces pienso que le parezco ridículo,
que solo se burla de mí.
Como le contesté: bien,
me resulta mejor que se mantenga así.
Que los poemas le basten.
Que nada mas le baste, por ahora.