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No y sí pueden asemejarse dependiendo de la contracción de las pupilas,
ser sinónimos si te fijas en el tono de voz.

Has de buscar entre mis gestos
el punto exacto en que se esconde la respuesta.

Hoy me da por escuchar a mujeres que se rompían al hablar,
intentos vanos por liberar lágrimas que claudicaron hace demasiado ya.

El deseo puede catapultarnos a un pozo metafísico,
llevar a ahorcarnos con la unidericcionalidad del destino,
a deshacer los caminos mejor trazados
y a la imposibilidad de asimilar.​

 

Interesante poema, saludos y estrellas.

 

gracias por el comentario.
saludos