Nicolás Infante.

¿ Te imaginas cómo sería la vida, en un jardín de infantes ?
Necesitaríamos madurez.
Y qué decir de la Juventud, divino tesoro...
O la maravillosa adolescencia, tan reveladora...


La gloriosa senectud se quedaría petrificada ante la visión de tantos columpios, en el recreo.


Los chiquillos no están dispuestos a cooperar.
Pero en el Futuro, querrán aprender a tocar la guitarra, la flauta o el piano.
Necesitarán conocer el Solfeo.
Y el cuento del patito Feo, cuyo desenlace muestra una explicación:


¡ Era cisne negro ! Hijo adoptivo... Hermanastro.


Así habló Zoroastro, pues.
¡ En pie ! El respetable público.
¡ En pie ! Todos los ejércitos.
¡ En pie ! Usted mismo, con sus resortes y mecanismos.





Pues no somos autómatas. ¿ Qué somos ? ¿ Ciempiés ? ¿ Gusanos que se arrastran por el suelo ?


Somos nietos, hijos, padres y abuelos.
Una proyección de muchas huellas, en el camino.
Memoria, hacia el Pasado; ingenio, hacia el Futuro.
¿ Nicolás Infante, o Nicolás Maduro ?