No Aprendemos

Son tres mil ochocientos veintitrés
los desiertos de carne sin posteridad,
los cenagosos despojos espectrales
que defienden petrificados su predio.
Vestidos de intemperie violenta,
que les confiere la imagen de relieve
emergente de una tierra entristecida.

No recuerdo el nombre de esa guerra,
(tal vez no lo tenga)
pero se parece tanto a cualquiera.
Cadáveres insepultos, como llamas congeladas
en su álgida capacidad de destrucción.
Si matas, mueres antes de estar herido,
y no queda nada que pueda perdonarte,
(tú, mucho menos).

El invierno los envolverá de éter blanquísimo,
y los llevará de su mano
a estar incorruptamente guardados,
para que los descubramos tras milenios
y sigamos sin aprender la lección.
Asombrándonos del caos absurdo
que los litigios conllevan,
y cuánto se parecen los hijos a los padres,
aun sin haberlos conocido.

 

¡¡ Cautivo y desarmado !!.

Una magnifica composición, AMIGO.

 

Gracias Víctor,
amigo y añorado.
Bienvenido siempre a tu casa.

Un cordial abrazo

 

Buena denuncia, Tomeu, pero me temo que seguiremos siendo "duritos de moyera" y no aprenderemos.

Un besote

 

Muy cierto Marina azul,
dulce y tierna amiga.

Gracias por compartir y por tu digna presencia.

 

Bueno esto si que ha tocado una fibra hermano. Me temo que solo el aleccionador tiempo dirá donde nos lleva tanta violencia, tanto odio, tanto rencor. Lamentablemente, seguirán muchos mas, que confundidos entre el humo, las cenizas y la sangre sus preguntas nos harán....

Un fuerte abrazo.

 

Reproducimos errores que, espero, no llevemos marcados, a fuego, en nuestra naturaleza.
Interesante tema.
Un saludo.

 

Amado amigo dejo un girasol en tus letras y tus versos...

 

Con el mejor de los deseos, somos muchos,
ya sólo falta un pequeño sector,
pero son los más poderosos,
y los más fanáticos.
Y si algún día cambiaran a sus dirigentes,
el que asciende se transforma
y si se vuelve como el anterior o peor.

Un abrazo, Nostalgia,
encantado de tenerte entre mis letras.

 

Gracias, amigo, por compartir estas letras,
y los mismos deseos.

Un abrazo y mucha paz.

 

Ojalá pudiera tener esa duda,
sólo se puede odiar tanto
cuando se es capaz de amar mucho.
Por suerte o por desgracia,
la humanidad es extrema.

Un abrazo, compañero.

 

Gracias Guada-guapa de lupecisnes.
Un besote descuidado y con alegría.