Nuestro secreto

Comenzó cuando tú comenzaste conmigo,
primero en mis sueños, delirios y en algunos tormentos.
Empezó con aquella lucha de poderes, secretos, y aquel entorno
hostil que encierra un amor oculto.
O quizá más allá, para mí lo eras todo, desde aquella
primera vez en la que te acompañé al cine,
sin si quiera intuir el nombre de la película que tanto te gustaba
y pretender ser un experto, tan solo por volver
a impregnarme del color miel de tus ojos.
Y quizá convencer al cielo y a los dioses que intercedan por mí
y me devuelvas aquella mirada, perderme en ella.
Tan solo una vez más, o quizá para toda la vida.
O al menos lo que dure la mía, aunque no sea consciente del tiempo,
ya sospechaba que contigo lo poco sería mucho y quizá aquel mucho no sería suficiente.
Porque eres aquella mujer capaz de transformar el salado de las
lágrimas en los más dulces recuerdos.
Nunca pensé sentirme así, tan profundamente agradecido,
jamás me vi envuelto en algo que no soy capaz de controlar
pero es que lo tuyo no tiene nombre, no quiero volver a sentir
otros labios sino son los tuyos, no quiero escuchar otras ironías,
ni otros pensamientos, ni otro humor sarcástico.
Mi tiempo contigo quiero que sea tan tuyo como mío, si es más mío
lo agradezco porque los regalos del cielo no caen todos los días
y eso eres tú para mí, aquella promesa de una madre a un niño,
con quien sueña un adolescente y con quien se ve realizado un adulto.
Cicatrizas aquellas heridas del pasado y te quedas en mí, como yo en ti,
aunque sigamos juntos en un eterno secreto.

 

ya sospechaba que contigo lo poco sería mucho y quizá aquel mucho no sería suficiente.

Francisco León Román resultó una agradable lectura, saludos y buen día.

 

Muchísimas gracias por tus palabras.