Obesidad.

La obesidad es dificil si no
tienes corazon contigo mismo.
Pero yo, tengo dos manos francas.
Y una respiracion agitada ya,

un pie puesto, en la buena vida.
El ser obeso, no es ninguna mala
manera de agradecerme los años.
Es que, y por curiosidad, imagino yo

he pasado de delgado a gordo.
Con la magica forma de la gordura
hasta saber que era de verdad mi venus
de milo... el tenerme en el corazon.

Mimosa, mimosa, mimosamente.
He pasado ya el umbral de la gordura.
Y sobrepaso, mas, todavia, el de la idea
de quererme por necesidad.

No soy un necio. Pero es valida mi necedad.
Soy una especie de diablillo que sabe
como tirar hacia adelante por esta barriga
de tres cuartos, como la de Sancho panza.

 

No seré yo quien te juzgue, pero tampoco quien te diga que no pasa nada por ser obeso, porque eso último sería faltarte al respeto.