Observador pasivo

Quiero saber
como ella relataría
ese pensamiento
que acontece en mi florecer,
cuales son sus colores
que la hacen amanecer,
como sus pómulos
y como la media naranja
se apodera de su rostro.
Solo me cuestióno
pero jamás me permito
conocer aquel trono,
solo son brisas,
canciones muy tarareadas,
que en el púlpito
solo se improvisan
y se desrvituan,
se esfuman en tiza.
Siempre los mismos
cuestionamientos
que recaen
en el gran predicamento
¿soy al menos
una ojuela de sus luceros?,
¿en nuestros corazones
estaremos
enchapados en el mismo cuero?.
Siempre
un siempre permanente
rojo dolor
solo aplausos
estancados
en el encuentro,
pero con un desconocido
fundamento.
Y el mismo escarmio
en la ilogia
de que teniendo
rocas y ladrillos
no puedo construir
el hermoso castillo,
pero luego te valido
te transformas
en una actitud de brío,
porque el convencimiento
se asenta
de que el terreno
solo seria origen de piedra
y no de un príncipe
y su princesa.
Quiero que seas
el excalibur permanente
que tu seas
el foco permanente
cuando de compañera
y de amante
el sabor de siente,
que te busque
en cada continente
mi India persistente,
no estoy dispuesto
a desalojarte
a de tu sueño despojarme,
aunque mis labios
no sean
de aquel sentimiento
el prefecto
reflejó reververante.
Me voy a desnudar
de las vestiduras
me voy a despojar
el sol real
está teñido
de transparente realidad
tengo miedo
de no encajar
de no ser la pieza
que has de buscar,
de haber trazado un camino
basado en sombras
malinterpretadas
por mi despertada
búsqueda
a como de lugar.
Solo Dios
sabe
cual es el color real,
cual debe ser mi lienzo
para mi alma
derramar
y el universo
en fusión
recrear.