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Octubre

Discussion in 'Poemas Generales' started by Sr. Brausen, Dec 18, 2007. Replies: 0 | Views: 549

  1. Sr. Brausen

    Sr. Brausen Poeta recién llegado

    Joined:
    Sep 12, 2006
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    Es ya el dos que signa el nacimiento
    ocular de una luz que lamenta
    la lágrima del canto en la piedra,
    en la flor, por la espada, perdido?

    ¿Y si acaso danzaren todavía
    entre plumas de quetzal, entre papel
    de amatle y corazón y sacrificio,
    como férreas rémoras del barro
    los cuerpos lacerados por el hierro
    en el patio orlado del Templo Mayor?

    Cuerpos que inmolaron el alma al Sol
    para que en ronda astral el tiempo marche,
    y la noche no marchite el alimento
    y vuelva, otra vez, la sacra semilla
    del cieno al órgano, de la obsidiana
    al cielo inmenso, innúmero, de México.

    Octubre espera, ondula ebrio, brioso
    en las reminiscencias del agave,
    del maíz, del maguey, del liquidámbar
    y redobla atabales en la arcaica
    oscuridad que avisa la mañana.

    Octubre levanta signos, tremola
    en la sombra escabrosa de los muros,
    recuerda una derrota, y encumbra
    vernáculos escombros en la noche
    virginal, lustral, de la memoria.

    ¿Y si el pájaro, altivo, nos vedase
    esta vasta tarde de violetas leve
    el mélico declive de un crepúsculo
    o la hora del espacio en que levita?

    ¿Y si el poema, violento, agonizare
    en un gesto temerario de amor
    que nos recuerde y nos fulmine?

    Un visaje que vindique el vestigio
    vernal de la batalla, quiero decir;
    una invicta garganta que devuelva
    los signos y los códices, los dioses
    frailmente en la hoguera deflagrados,
    y el polvo pretérito, la parte primera,
    y el hueso hacedor de los hombres,
    el véspero a la Ciudad de los Juncos,
    y la raíz del llanto y del deliquio.

    ¿No sería, entonces, el mito trivial
    la duración real del pensamiento
    y el águila sobre el nopal un acto
    más allá del metal de las monedas?

    ¿No sería el tigre jaspe de fulgores,
    la luna cineraria efigie del conejo,
    y el árbol florido, el libro perpetuo
    un jardín de nacimientos que obturase
    el vacío germinal que padecemos?

    Pero ataviamos el rabo, mascamos
    el fruto nefasto de la codicia
    y ufanos, sedados, desfilamos
    huérfanos de origen la Tiniebla.
     
    #1

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