Ojalá

Era el aire y la voz, una mano que se acerca,
un pensamiento que empuja su sombra hasta ti.

La memoria del amor es triste,
se parece a un árbol caído cuyos retoños aún brillan.

Recibí a tu ángel y no supe reconocerlo,
parecía un hilo blanco la vida que se enhebraba en la noche,
tan natural el tiempo de los jardines en flor.

¿Y yo qué te entregué que no fuera silencio?

Es tu alma el corazón de un bulbo que me alimenta,
en el despertar del sol las lágrimas del día mueren,
solo hay calidez, ternura y paz.

Tú eres mi sueño en las horas del insomnio,
tú la sonrisa que no deja espacio a la tristeza,
tú el ojo que ha viajado conmigo hasta el confín de los bosques.

Tu amor merece un amor mayor,
a esa fe me entrego,
nunca es pronto para quitarte la espina que incrusté en tu luz,
solo así no olvidaremos lo que en las entrañas del tiempo fuimos.

Te doy mi abrigo y tú me das la vida.

Es un regalo que estés, ojalá sea yo para ti el farol
que acompañe el lento paso de tus días.

Ojalá que nunca pueda ver tu adiós.

 

Hermoso poema Ramón, las madres son ese canto que nunca se apaga.
Me encanta leerte, eres un oasis de letras en mi mañana. Besitos llenos
de cariño vuelen a tus mejillas.

 

Sigue lloviendo en Valledupar y yo sigo deleitándome con estos escritos tan hermosos de mis compañeros del portal.
Éste, en particular, tocó las fibras mas sensibles de mi alma porque está construido sobre la base del sentir y la nobleza del poeta. Es un poema hermosísimo, que hay que degustarlo como un buen café... despacio y con fruición.
Gracias, mi estimado Penabad, por compartir tu sentir poético con todos nosotros.
Con este pedaleo literario te has ganado lo que equivale a un Tour de France... nos dejaste regados
Saludos y un abrazo grande

 

Siempre uno ansía en el ser amado ser compañer@ y guía en su andar.
Bellas letras y mejor intención.
Me agradó mucho.
Daludos

 

Me gustó mucho. saludos