Óleos.

Óleos.

Golpe a golpe, poco a poco mi voz
y sus palabras vendrán a decirme
¿dónde estás?

Qué tan lejos de mí
si la justa dimensión son estas manos
queriendo encontrar abrigo
al costado de tu amor.

Al final de todo ahí terminan…
donde empieza tu ausencia.
El caudal de mis aguas en las redes
de tus manos ahí se minan.

De qué me sirve que todo nazca en mis labios
si el propósito no es uno y el sustancial,
ese dulce sabor imperceptible al tacto
se diluye en la implacable soledad de tu silencio.

Es suficiente la vendimia pero no indispensable
si la uva suave, suculenta y carnosa
que brota de mis labios no es de tu antojo.
¿Qué queda después de ti,
si mis óleos no son para tus ojos?

Geber Humberto Pérez Ulín.

 

Hermosa y sentida obra poética nos dejas querido amigo.Te felicito.Placer dejar mi sencilla huella.Abrazos...

 

Apreciable tu paso por estas letras amiga, abrazos.

 

un sentimiento hecho poema, delicada poesía con imágenes melancólicas, ha sido un placer leerle, buenas noches.

 

Un gran poema muy bello y sentido. Un placer leerlo. Saludos cordiales.

 

Pasaran muchas lunas sin dormir, y muchos oleos sin ser vistos, buenos versos, tocaron alguna entraña en mi.

 

Hola amigo, las letras son el desahogo del poeta.. abrazos.

 

Saludos Lou, gracias por siempre estar, abrazos amiga.

 

Hola Javier, es gratificante para el que escribe saber hasta donde llegan las letras, abrazos.