Orden

Vomitando aureolas,
mas que perdido
me encuentro revolviendo fortunas,

alimentando la codicia,
tenue resquicio
de un acerbo futuro,

sabiduría que vuela,
que se pierde junto al tiempo,
conjunciones abstractas,
como paginas en el viento,
perderemos sustento
cuando alabemos sin antecesor,
nuestra tinta se apresura
por dar cordura a cada sentimiento,
sin mas que el escarmiento
para un dios y un desertor,

materializando lo que creemos humano,
mas no el hecho de sentir,
abarrotados,
por una encrucijada de pecados,
manipulando cada celda neuronal,
hasta la honestidad se percibe divina,

filantrópica condena,
romantizamos cada paso
sabiendo que ella espera ansiosa,

calavera de azucena,
tierna como la carne,
envenenada en primavera,
virgen,
aún austera,
conserva lo mas preciado en su corazón,

el filo que arrebata sin razón.