Paciente Cero.

Un día extenuante,
nudos en el cuello,
no circula bien sangre,
comienza el hormigueo.

Enfrentar calor húmedo,
llevando tanta tela,
seguro no eres el único,
todo es una secuela.

Ni la cama ingrata,
brinda confort,
temperatura alta,
bañado en sudor.

No te escondas,
ni salgas,
nunca rompas,
la calma.

Asimilar te sientes mal,
seria delatar desacato,
asimilar no es el final,
solamente un mal rato.

Ausente optimismo,
horas sin un bocado,
doble visión mal signo,
algo dentro desgastado.

Probar sangre en boca,
aquí nadie se engaña,
no era mala persona,
solo una fe desgastada.

Envuelven cuerpos,
en vulgar negra bolsa,
repulsión al cohecho,
de la agonía piadosa.

Pasando por ventanas abiertas,
se oyen voces en el interior.
solo cuando se acaban reservas,
se aventuran de excursión.

Caminamos la línea,
entre insano y normal,
el muy mayor persigna,
menor quiere salir jugar.

Se nos acaba la suerte,
confinados al encierro,
que no llego del oriente,
el temido paciente cero…

 

Ojalá no se haya terminado del todo la suerte y ese paciente cero, vuelva a recorrer las calles, pero de una manera más armoniosa con su entorno. Un gusto leerte, un abrazo.