Partir.

Irse es mirar de frente a la incertidumbre.
Es enjugar las lágrimas bajo el cielo.
Es pisar firme sobre el camino difuso.
Irse es padecer las últimas espinas
bajo las plantas descalzas y doloridas,
con la frente altiva y el semblante sereno.

Irse es contemplar las caras del olvido
con la dulzura impar que tienen los niños.
Es vagar por la mañana de los sentidos
con el alma anciana, honda y cristalina.
Irse es navegar los arcanos insondables
y trepar a su luz sobre una sonrisa.

Irse es entender que con la faz al viento
es más dulce el trayecto, menos dura la espera.
Que lo leve, por simple, solo se revela.
Es pavonearse entonces, con un aire de loco
germinada el alma de conocimiento
al entender que siempre, irse, es volver un poco.

 

Irse es construir mañanas sin los cimientos de los ayeres, es enfocar el destino sin las armas del pasado. Me ha encantado tu poema y te felicito por crear esas imágenes que se ahondan en el alma de quien los lee. Un abrazo

 

Excelente, me encanto. Uno siempre esta volviendo.
Me hiciste acordar a un poema de Bernardez, "Estar enamorado", por la estructura quizá.
Un abrazo.

 

Muchas gracias.