Parto

PARTO


Aquel vientre

aquel vientre que rugía y llameaba

Aquel apocalipsis que era un caballo de vidrio negro

Caballos de vidrio como lágrimas de fuego.


Vi los ríos desbordados por donde fluían los pétalos de la muerte sumisa

Vi los nuevos océanos maculados por la sombra de unos dedos.

Vi la noche perniciosa noche de camas vacías y de pájaros huídos

Vi aquel vientre desgarrado y los vientres arrugados de los niños.



Fueron los días de la venganza

las noches sin música y sin las estrellas que simulaban ser cuerpos

Escuché las voces sin rostro y las bocas del silencio

Atravesando los montes como ríos equivocados los truenos ocuparon las axilas.



Los ojos como cielos restaurados

miraban la roja placenta y dejaban escapar sus ángeles

Los corceles desbocados buscaban a sus aurigas

implorando la justicia de los esclavos.



Aquel vientre desgarrado e inclemente

regenerador de inmundicias y paladín deformado de la Muerte

Y yo nací de ese vientre

Yo soy aquel caballo de vidrio negro que salvaje cocea para ser hombre.

 

Muchas gracias, good. Si algo bueno tiene esa inmensa tragedia es que nos estimula la imaginación y, como su lava asesina, nos hace brotar algún verso. Gracias por tu compañía.
miguel

 

Una formalidad de la naturaleza que con ese bisturi sonriente estalla para
en ese magma hacernos comprender nuesta minima fortaleza.
me ha gustado mucho ese eje personal y como fundido en la furia
presenciada. saludos amables de luzyabsenta