Pasajes

No quiero pecar.

De Ego, de nada.

No quiero.

¿Girarle la cara a una chica que te mira es un pecado?

Creo que tengo un problema de óptica.

No ella, yo.

Pero… ¿Qué sería lo siguiente a esa mirada?

Seríamos dos seres con una cosa en común, como dos amantes que comparten la afición por el teatro.

Menudo teatro estoy hecho.

¡Menudo cisco, manojo de nervios!

Le voy a decir que se le cayó el bonobús, aunque sea mentira, o que se le cayó un papel.

Ella me preguntará, extrañada: ¿Qué papel?

Y yo le diré, con voz seria y profunda:

El que me envuelve coraza, digo… el que te envuelve, bombón.

 

El Ego es indestructible.
Es como el submarino amarillo de los Beatles.
Es el Yo Inferior, y la imagen que cada cuál, tiene de sí mismo.
También es el " falso Yo ", que ansía la notoriedad y la fama.
Siendo el anonimato, más óptimo, para los artistas universales.
Con el anonimato por bandera, trabajaremos en equipo.
Porque los sabios han de ser humildes.


Pero el Ego no se puede erradicar. Siempre va a estar ahí. Todos quieren el Óscar al mejor actor.

 

Cierto es...