Pequeño dios

Recuerdo ese tiempo en que la debilidad te llamaba,
y en como a partir de la luna, te fuiste desgajando
en cada uno de los siete colores del arcoiris.

Hasta que por fin, me habló el lenguaje de tus entrañas,
y lo hice tan mío, que se entrelazó con las hilachas de mi alma,
y la arrastró por las callejuelas de la nada,
y la revolcó hacía el enorme vacío donde todo era una razón,
como en la niñez de las eras, cuando los electrones
y los protones y los neutrones bailaban sin saber a dónde.

Y yo, barriendo las mareas, haciendo el caos
por culpa de estas espinas que tengo clavadas en mi cuello,
y desplegando el vuelo con plumaje de alas negras.

Hasta que un día, ahora yo escuche un llamado, y su nombre
era conciencia, y así, sin más ni más, dejé de jugar a ser
un pequeño y falso dios.

...Aprendizaje...

¿Y qué más?

Sólo la voracidad de un agujero negro y una lágrima que corre
por la hoja de una rama.​

 

es harto bueno su poema, me ha gustado mucho

salu2

 

Más poesía de primera calidad, extraordinario y excelente poema compañera.

 

Hermoso mi querida amiga. Todo cambia cuando tomamos conciencia de lo que somos y de dónde estamos; es entonces cuamndo somos una persona completa, de no llegar nunca a esa conciencia, nos quedamos para siempre en peleles que el viento arrastra por donde quiere. Gracias por este regalo. Te dejo un abrazo y estrellas.

 

Mayúsculo aplauso a tu Poema.
Muchas imágenes bellísimas.

 

Muchas gracias Gayito, me encanta que cantes por estos lados.
Un abrazo.

 

Amigo, tu comentario sí que es un regalo, muchas gracias querido dulci.
Un abrazo de amistad para ti.

 

Muchas gracias Jorge, me sorprende mucho con su comentario, muchas gracias.
Saludos para usted.

 

Aprendizaje... a eso se reduce casi todo. Hay quien no reconoce las señales, hay quien las esconde, hay quien las quema... pero tú las atrapas para hacer con ellas el techo de tu casa.

Divino jejeje

 

Amiga bella, siempre se aprende y eso es lo más valioso que te puede pasar, sólo tienes que ser lo suficientemente conciente para tomar esas cubiertas y transformarlas en el techo de una casa, no hay lágrima ni risa que valgan más que ese diamante...
Sabes que te quiero amiga. Un beso.

 

Que forma de destronar a un Dios. Sublime. Un abrazo fuerte!!

 

Wow profundidad en letras, la belleza del poema
recaen en esos matices obscuros grises q le das...
cada imagen bien planteada, Besos.