Pequeños monstruos

Ladro a la luna
una última noche
de querer-decir-adiós.
En fin, la esquina
que nos vió nacer
sin pies ni manos,
se desllora hoy.
Y sólo abrasa.
Mucho más: tiene
hambre
de esta mesa.
Esta la vida.
Este el cobarde.
Prohibido jugar bote bolero en
aquella acera.
Real Decreto
1996/06:
obligatorio
seguro civil...
peligro animales sueltos...

 

Es peligroso convertirse en un animal suelto sin amo-amor, sin collar y más, si le da uno, por ladrarle a la luna.

Bien, críptico poeta amigo.

Un abrazo

Luis

 

Hola, muy bonito poema, y espero que ese animal encuentre una mano amiga que le acaricie y cuide.
Saludos

 

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Qué hermosura de poema para desllorar.

Complacida estoy de leerte, ¡y felices mis ojos por el tamaño generoso!... je je.

¿Qué es bote bolero?.

Un beso, Babiano.

 

Cuánto somos los que le ladramos a la luna convirtiendonos en lobos aulladores? muchísimos. Imponerse auto regulaciones, inflingirse auto castigos, se vale pero también valido es romper nuestras propias reglas. Asi que yo digo a jugar bote volado o bote pateado como diriamos en mi tierra. Un abrazo poeta. Me encanta tu estilo tan intimista y lleno de preciosas metáforas.

 

Ladrar a la luna una última noche de querer decir adios... Me recordó muchas cosas, muchos ladridos a la luna, muchos querer decir adios... Como siempre, no decepcionas...

Un beso grande, amigo.

 

Muchas gracias a todos. Mejor ladrarle a luna acompañado de tanta gente que completamente solo.

 

Genial, ese sentimiento fuerte, la cobardía, como que el mundo se te viene encima no?. me encantó este poema.
Un Abrazo

 

Quién no ha tenido ese sentimiento, amigo Jaime? Gracias por tus palabras. Un fuerte abrazo.