Pero

Yo quise amarte
Pero
tu no quisiste más,
Que probar las mieles de mi sexo.
quise ser cómplice
del desvelo de nuestros ojos
Pero
Para ti, amanecer conmigo
No era más que una osadía.
Quise soportar tus temperamentos,
Abrazar tus alegrías o
Apagar tus angustias
Pero
tú, viste una imposibilidad
en que el destino nos
volviera complices de su deseo.
Yo quise amarte,
encender la vela de la vida,
viajar a tierras distantes,
escalar obstáculos en tu nombre;
Pero
el amor no es suficiente
para quien no se complace con él.
Entonces
yo quise amarte, para reamarte y
volverte a amar,
Como quién no se cansa
de tropezar con la misma piedra.
Y tu amor, por otro lado,
se canso de poner peros
a mis intenciones.
Hastío, se canso de ser buscado,
de ser pretendido, y al final,
se canso
de que tus peros
fueran excusa para negar,
lo que había sido posible. ​