Pestilencia

Me huele a basura ciertas mentes,
pero no puedo cerrar los ojos
para ignorar a esta gente,
prefiero ser demente.

Me huele a basura,
no entiendo la razón del castigo,
y mis ojos no puedo esconder,
lo tengo prohibido.

Me huele a basura,
los gritos ahogados de libertad,
lamento ser un testigo obligado.

Aunque me apeste,
no puedo mirar
con los ojos cerrados.



Cuenca, 2011.

Copyright. Todos los derechos reservados.

 

muchos aún portan cadenas, grato leerle

 

Muchas gracias por el comentario Marian. Saludos.

 

Genial poema mi admirado amigo Pedro. Me habla tu poema de esa libertad anhelada por los hombres de todos los tiempos. Gracias por tu arte poético. Un abrazo y estrellas.

 

Muchas gracias por pasar Dulcinista, un gran abrazo.