Pinocchio.

Déjame que te cuente una historia:
Corría el año de 1.778, y entonces, vino al mundo un títere con cabeza,
llamado Pinocchio.
Su padre, Gepetto Cadiscos, era director de orquesta en sus ratos libres.


Buen carpintero, daba siempre en el clavo, con su martillo.





Acertaba en el centro de la diana. Perseguía ratones, por el pasillo.
Cazaba agujas, en los pajares. Interceptaba el vuelo de los colibríes.
Era como una mantis religiosa humana; era...
Frío y calculador, hasta límites insoportables. Podía beber agua del Mar.


Y aceite de oliva virgen.





Pinocchio debía decir la verdad, si no quería que le creciera en exceso, la nariz.
Pinocchio mentía sin cesar. Era un mentiroso compulsivo.
También fue Truman, para un espectáculo sin par. El show de Truman.
Y fue la Máscara, junto a Cameron Díaz.


Ese Pinocchio se hartó, y quiso denunciar a los Illuminati, cierto día...

 

Quién es Jim Carrey? Tú, yo o ambos?

 

Buena pregunta.
Todos somos títeres con cabeza.
Pero si aprendemos a decir la verdad...
Ya, estamos más cerca de Gepetto Cadiscos.