Pobres

POBRES

Como una serpiente que repta por la ladera,
Entre guarangos moribundos,
A la ribera del rio seco,
Se extiende la estrecha carretera;
Las piedras candentes del camino,
Reflejan y queman el rostro del viajero;
A cuatro horas de viaje en camión.
Se llega a un pequeño pueblo Peruano.


Un hotel municipal, un centro de salud;
Una escuela, una plaza, un comedor;
Casas de adobe, pisos de tierra;
El gentío con sombreros de paja,
Curiosos ante sus puertas salen,
Observan ansiosos, a los que llegan.


En la plaza principal se reúnen,
Hombres, mujeres y niños,
Como buitres tras una presa;
¡Trabajo, trabajo¡ claman,
Pero solo algunos son elegidos,
Los demás se retiran, con la cabeza gacha,
Detrás su mujer, detrás sus hijos, detrás sus perros.


Bajo el sol abrasador, los hombres rompen la roca;
Pujan, retorciendo el duro acero,
El polvo de cemento respiran;
Al lado, el capataz vigila,
Como perro cancerbero se pasea;
Por otro lado, el Ingeniero camina,
Ante su presencia todos se doblan;
Se esfuerzan, para preservar el trabajo,
Que aunque duro, es su único sustento;
En la casa, los hijos hambrientos esperan.


Bellas mujeres, como bestias de carga,
Sobre sus hombros, llevan la pesada arena;
Otras, sobre el lecho del rio escarban,
Bajo el sol abrasador acopiando piedras;
Sus hijos pequeños, a un lado esperan,
Gotas de sudor, de su frente brotan,
Que se secan, sin caer el suelo.


Otros jóvenes, a los cerros suben,
Y como topos humanos,
En huecos profundos escarban,
Buscando el tan preciado oro;
Que los cerros rojizos esconden,
Pero que muy celosos guardan,
Cada gramo conseguido,
Con parte de su vida pagan.


En las noches oscuras, temprano duermen,
Todos en una sola habitación;
Las mujeres se lamentan en silencio,
Los Hombres, lloran por dentro;
Los hijos inocentes a un lado duermen,
Sin esperanzas, sin un futuro.


¡Son los pobres del Perú¡
Hombres, mujeres y niños hambrientos;
Hombres, trabajando como esclavos,
Mujeres, que venden su honra por unas monedas;
Niños alcoholizados, escapando de su miserable realidad.


¡Pobreza, es lo que mis ojos ven¡
Dura, cruel, pero real;
¡Son los Pobres del Perú¡
Que día y noche sufren;
Hay menos pobres, los políticos dicen.
¡Mentira es solo una mentira¡
La pobreza crece cada día mas,
Al menos eso, mis ojos ven.


Los que ostentan el poder,
Cobran un sueldo oneroso;
Que con lo que ganan en un mes,
Se alimentaria a todo un pueblo pobre;
Son los políticos mentirosos,
Que solo vienen a conseguir el voto,
Ofreciendo un cargamento de promesas,
Pero cuando llegan al poder,
Nunca cumplen, siempre se olvidan.....


Reservas, en oro dicen que muchas tenemos,
Pero, que como avaros atesoramos.
¡Pero, de que sirve al pobre este tesoro¡
Mientras, de hambre se muere.


Autor: Pablo Félix Loza.