Podría...

Podría ...

Podría dejar mis dedos moviéndose en el piano
ejecutando una bella melodía aprendida para ti
mientras voy a la heladera a buscar un trago refrescante
para mi garganta seca de anhelarte entre sollozos
antes de acomodar el pincel entre los labios para pintarte
y así mientras dejo mi boca laboriosa junto al lienzo
dirigirme al atril donde el viento en el libro de poemas
halle a mi hamor por ti en pocos versos expresado
de manera que mientras mis ojos hagan su trabajo
pueda poner el cuerpo que me queda libre en un sofá
y dormirme con tu presencia en mis sueños más hermosos
hasta que mis oídos, atentos y expectantes,
detecten el sonido del despertador puesto a sonar
quince minutos antes del partido que será televisado
en vivo y en directo y entonces chau que nadie me fastidie
o sea no me rompas las pelotas con boludeces de siempre.