Poetisas helénicas

Safo y no Orfeo, su bárbito, oye el Olimpo y prefiere;

logra Corina que Píndaro muy rara vez la supere.

Sueña Praxila romántica, torna su Adones al lecho;

da Telesila a la Argólida himnos que truncan su acecho.


Rueca de Erina impertérrita, Baucis su amiga se muere;

Circe recela su práctica, mas a Filina, confiere.

Vela Artemisa pues Nócide busca cual niña su pecho;

lava los vértices trágicos, cálida Anite, de un hecho.


Epitalanios magníficos, patrias las letras fervientes;

báquico, bufo e idílico, fulge el tenor del poema,

los epitafios dramáticos, odas sublimes, airosas.


Honran la lírica Hélade, plumas sin par, excelentes;

dístico fulge y exámetro; ritmos con gracia suprema.

Son las Aedeas helénicas, ¡Salve oh musas preciosas!.

 

Impresionante "soneto" en versos octonarios, rematando en esdrújula los primeros hemistiquios.
Me llama un tanto la atención el esquema de rima empleado, no usual para este tipo de composición. AABB AABB CDE CDE.
Hay alguna rima que asuena pero no consuena, por rimar singular con plural.
Aplausos.

 

Mil gracias querido poeta Luis. Para mí es un privilegio que te hayas detenido a leer mi poemita y que te haya gustado. Sobre todo porque recién empiezo a dibujar mi sendero en la poesía. Grande abrazo

 

A ver Luis qué te parece esta nueva versión de este (creo que ahora si) soneto. Le hice unas cuantas reformitas. Abrazo cordial

 

Excelente, Julio. Este poema creo que es de un mérito absoluto en todos los sentidos. Permíteme, mi amigo, que te felicite nuevamente.
Enhorabuena.

 

Estoy con Luis en todo lo que te ha dicho, Julio. Un excelente trabajo que has sabido perfeccionar con las correcciones correspondientes. Un trabajo de orfebre, amigo, que demuestran un gran conocimiento de la mitología que le da mucha altura al poema.

Mi sincera felicitación.

Un abrazo.

 

Mi gratitud para vos Luis y como siempre mi honesto reconocimiento de tu excelencia. Gracias hermano

 

Juan Ramón, afable y comprometido permanentemente con los nuevos poetas que iniciamos, como diría el gran Eistein, "la aventura" en este caso de la poesía lírica. El gran mérito de quienes con sobrada experiencia forjaron esta dorada página, poetisas y poetas, es el de rescatarnos de la composición trivial y ligera, bien sea mediante el modelo de sus logradas hechuras poéticas o simplemente, a través de sus exactas observaciones. Este aprendiz de poeta lírico no ha roto la tosca envoltura de su inexperiencia y aún aguarda por que despierten sus alas. Este aprendiz de poeta sabe que su autoría germina lentamente de la fértil semilla de sus enseñanzas. Fraterno abrazo.

 

Permíteme que sea yo el que te ofrezca su aplauso, sereno Maestro de la lírica poética. Permíteme que sea yo quien celebre la magnitud, la riqueza de tus poemas. Permíteme que te salude con sincera gratitud. Cordial abrazo.