Poliedro nº3

Es tu erección de trémula caoba
un sonoro fusil entre mis manos;
flauta de percusión, lúbrica trova
anillada por dedos neperianos;
este más, oeste menos, doble engloba
-exactitud de curvas y de planos-
el compendio en tensión de los amores:
negras fauces con dientes de colores.

 

Como no he leído a Stephen King no veo el payaso por ninguna parte a no ser en lo de los dientes de colores que no sé si tendrá algo que ver con el autor de "It".

Yo, si no fuera, porque no te imagino haciendo una octava onanista o insinuante de otras prácticas no tan solitarias, pues no es tu estilo, o dicho de otra manera, si no supiera que eres tú el autor de esta estrofa, hubiese dicho que este es un poema casi pornográfico; pero no te preocupes, tú no tienes la culpa, Pablo, ese soy yo que siempre estoy pensando en lo mismo...

Por mi parte me rindo; tus adivinanzas son muy difíciles; Musador las solía hacer más llevaderas.

La octava sí, la octava es muy buena si aparcamos la parte adivinatoria y dejamos que cada lector lleve su contenido por donde mejor le parezca. A mí, de hecho, me ha sucedido dejándome llevar por esos fantaseos que insinúo más atrás...

Saludos.

 

Volvemos a lo mismo, Veles, con elucubraciones pavorosas de cómicos malignos, Juan Ramón erre que erre con el escupe o te ahogo, y yo, que sé que va de logaritmos, decibelios y voltajes, me pierdo en especulaciones tornadizas con resultado adverso. Yo también me rindo.

 

Y hubiera jurado la flecha de una brújula hasta los dos últimos versos que me descolocan.

Nada, si me sacan del plata no es me pierdo.

 

Gracias a todos. Pues no he leído nunca a Stephen King (mal hecho) ni sé quiénes son los payasos esos. Tampoco hay nada sexual en la solución. Yo creía que esta era la más sencilla de todas. Y no sabía que Musador alguna vez también hizo adivinanzas.

Ésta es la guitarra.

 

En mi caso, imperdonable no acertarlo teniendo una por delante mientras lo pensaba. Tenía que haberla mirado.
La verdad es que lo has bordado pues todo lo que dices en cada verso de la octava es la metáfora de su singularidad. Hasta el último verso en que relacionas "negras fauces" con la oscura boca y los "dientes de colores" con la decorativa roseta que la rodea. Lástima que no me haya dicho nada por esa boca. Magnífico, poeta.

 

¡Ajajá!, ahora sí que me encaja todo, Pablo. La verdad es que lo has bordado como dice Vicente.
De todas formas no estaba yo tan desencaminado con lo del erotismo pues la guitarra, con sus curvilíneas formas y con ese erecto mástil que sobresale de su cuerpo, es de los instrumentos que más lleva a tener "malos pensamientos..."

Saludos.