PRINCE IGOR

En mi pensamiento



busco siempre



una magnífica



combinación de detalle



y mancha,



con los que elabora piezas



de un estilo inconfundible



y lleno de fuerza.



En mis temas



equilibra filosofía



y mi naturaleza vulgar



en composiciones



muy personales,



determinadas por potentes



líneas de fuga



que dirigen la mirada del lector



hacia el horizonte,



como si en la lejanía



se encontrase una meta



que está a punto de ser alcanzada.



Sinceramente sé que nunca encontraré



la proporción Áurea en mis escritos,



pero es humano buscar la inmortalidad,



la inmortalidad de convertirte en un clásico.



Abrumado por el impacto



que supone asumir mi realidad mediocre,



escucho “Prince Igor” de Alexander Borodín



y me animo a intentarlo



con el siguiente poema.