Profesora.

Lo que yo soy para ti,
lo tengo en cuenta.
En cierto modo, te alimento.
Luego, me abandonas. Te cansas; me suspendes.


Reflexionas. Vacaciones de verano. Recuperación de las asignaturas pendientes, en Septiembre.


Tu maestría, a veces, la pongo en duda.
Sé de muy buena tinta, que a veces, estás desnuda.
Reconozco que la ropa que llevas puesta, es sufrimiento eterno.
Pero te adecenta. No te quejes. El plano físico de existencia, no es el Infierno.





Yo querría cobrarte, por el tiempo libre que te he prestado.


Tantos días, he madrugado...
Tantos estudios, hincando los codos.
Examinándome, de cualquier modo.
Uniformado, rezando, y de rodillas.


Quisiera besarte, y que bailáramos flamenco, en una caseta de la Feria, en Sevilla.

 

“Tu maestría, a veces, la pongo en duda.
Sé de muy buena tinta, que a veces, estás desnuda.
Reconozco que la ropa que llevas puesta, es sufrimiento eterno.
Pero te adecenta. No te quejes. El plano físico de existencia, no es el Infierno.

Maravillosas palabras y muy buena descripción que sientes por esa profesora. Me quedo con estos versos...que has clavado....

 

Este ángulo de alumno me lleva a la reflexión. Cosa que siempre hice mientras fui Docente de aula. Impartir Matemática, fue una muy buena experiencia.
Sin embargo sé que dejé en el camino resentimientos en algunos de mis pupilos, dado que no les era fácil dominar la ciencia en cuestión.
Al menos cierras con un deseo, bailar es buena terapia
Encantada de leerte
Un abrazo
Camelia

 

Despertando:


¡ Qué grata sorpresa ! He triunfado.
Qué bien...
Mañana, en el colegio, seré feliz.
Es que el Universo es una escuela. ¿ Verdad ?


Camelia, gracias por tu apoyo. A veces, gasto bromas.


Prefiero el lado docente.
Pero me gusta comprender ambas partes.
Sé que es duro.
Es como...


Empatía. Eso es. Pero debo hacerlo, por el bien de la Humanidad.