Regresión

En la oscuridad tranquila
de un lecho destartalado
propio de vida sencilla
encuentro me yo varado.


Y pasan las horas lentas,
ya que esperan el momento
en el que Morfeo a tientas
pose sobre mí su aliento.


Tiempo en el que mis párpados
cierran el telón exhaustos
y abren el salón de actos,
cuando me dicen: “salta los”,
estados de sueño intactos,
fui caballero y bárbaro
sin nada exento de sustos,
todo pasó muy rápido.


Resplandor inesperado
que brinda una mano amiga,
me lleva a días pasados
y mi alma no vacila.


El alegre sol calienta
mi infantil rostro contento
mientras un viejo me cuenta
como siempre, el mismo cuento.


Y observo el mar que es mágico
calmado y llano cual manto,
me encandila el Atlántico,
de las gaviotas el llanto,
de las olas los cánticos
y de la arena su tacto,
de la gente el escándalo
y de mi sueño su encanto.

 

Bello, hermoso, precioso poema, muy bonito.