Reptil.

Con bello exterior,
y apariencia frágil,
solo esparce dolor,
y sabe arrastrarse.

Necesita contaminar,
para sentirse viva,
su saliva es letal,
sal en la herida.

Es igual a un reptil,
sangre y alma fría,
expulsada del jardín,
succiona castra energía.

Desearía verle ya frio,
despojar del alma al ser,
mirar su último suspiro,
es su ideal amanecer.

Ella un ángel caído,
con labios cianuro,
odia el piropo repetido,
cual si fuera peor insulto.

Tan natural actriz,
y preciosa arpía,
finge algo sentir,
pero está vacía.

Despojarse de prendas,
sabe ya no falta mucho,
y se repite ambigua escena,
salva al mundo de otro bruto…

 

Lamentablemente hay muchas así, hay que saber esquivarlas para
evitar la picadura mortal. Placer encontrarme con tus letras en mi
tarde. Besitos apretados en tus mejillas.