¡Resurrección!

De pronto todo se dilata en el silencio
en la soledad...en la espera...
muere en vano el impulso de la conquista
duerme la luna ajena y tempranera.

¡No te vayas sin mi mujer!
reclamo el eco de tus palabras
la fiebre ardiente de tu cuerpo
las parisinas luces de tu mirada
el noble clímax de tu arrepentimiento.

Convalecientes mis auroras abren sus alas
mi sueño te alcanza y aún no has muerto
eres nueva siembra en el umbral de mi congoja
fruto jugoso en la sed de mi tormento.

¡No te vayas sin mi mujer!
búscate en mi recuerdo
y encuéntrate decidida
ya no hay queja ni censura
en la balanza pesa más:
el amor que la amistad...
la amistad que el sexo...
el sexo que la amargura.

Destápate los oídos y escucha
el suave murmullo de la reconciliación
velemos juntos el pasado
enterremos la muerte que se se avecina
alcemos vuelo...¡resurrección! ¡resurrección!
¡resurrección!



Tato Ospina