retrato

en la rendija caben dos mitades de pecho
y un desamor que se vuelve
ferrocarril cotidiano

treinta por ciento soy autismo
el muro es un cincuenta por ciento
la sombra un veinte
la soledad lo es todo

tu silencio me suele ser caricia
y la palabra que se fuga tras
el jade frío de mi rostro
es la única voz con que palpito

trastabilla mi interno cuando miro
cuando la oscura raya
la que vuelve de ti
se viste de respuesta​

 

Y por esa rendija también cabe un abrazo enorme que le mando, y una sonrisa al cien por cien. :::blush::: Bueno la del emoticono es pequeña pero la mía de ojera a ojera, garantizado. Un beso don. Y un buen día.

 

Con las prosas disfruto pero este poema se ha colado entre mis dos mitades. Francamente precioso.

Abrazos

 

Qué hermoso, he tenido la suerte de venir esta tarde y encontrar solo buenos trabajos.
He aquí uno de muestra en Filosóficos. Creo que quienes estamos aquí tenemos como algo
parecido, somos solos y solo la voz de estas palabras silenciosas son las que nos ligan,
nos unen y nos hacen la vida felizmente llevadera. Muchas gracias, Melquiades. Has
escrito buena Filosofía y concuerdo con mucho de ella. Interesante leerte.
Un abrazo, amigo.
​

 

Gracias elena, olvidé que tenía este poema, gracias por recordármelo. Abrazos.

 

Gracias Palmira, siempre somos dos mitades para todo a pesar de parecer tan uno.

 

Pues sí, nos parecemos en mucho, somos una hermandad muy peculiar que tiene sus propios códigos para comunicarse entre sí. Un misticismo exquisito que brota del alma y sale a conquistar los sentidos de quienes nos leen. En eso somos casi uno y dentro de esa concordancia la poderosa diversidad de las voces que cuentan sobre su visión de las cosas del mundo y de la vida. Es un placer, abrazos.