sacro destino

Estimado muy señor mío,
Perdone este mi atrevimiento,
Pero no pude controlar el sentimiento,
Que me incitaba a escribirle.

Y es que tengo tanto que decirle,
Que puede que se me haga extenso,
Mas ruego que haga el intento,
De leer completa mi carta.

Hace años que sé que me aguarda,
Pero tenía tanto que hacer aún,
Y aunque pido disculpa por mi tardanza,
Lo volvería a hacer de nuevo.

No piense que me burlo o juego,
Tan solo quería hacer bien las cosas,
Y dejar todo preparado para luego,
Servirle a usted sin más demoras.

También quería despedirme de mi esposa,
Que ha estado todos estos años conmigo,
Sé que usted la ayudara en las escollas,
Y que cuidará también de mis hijos.

Le pediré algo que tal vez ignora,
Y es que no puedo continuar sin decirlo,
Pido que cada noche en sus sueños,
Para visitarla usted me de permiso.

Y es que necesito estar con ella,
Le prometí nunca apartarme de su lado,
No quiero romper la promesa,
Espero comprenda el significado.

Atentamente me despido,
Ya que nos veremos pronto,
Es hora de hacer entender a los míos,
Que siempre me tendrán consigo,
Aunque no puedan verme sus ojos.

 

Hermoso poema-carta de una intensa despedida. Muy bueno Sadcuore. Un abrazo. Paco.

 

Maravilla de la divinidad excelente del arte soberbio.

 

Epístola con mucho sentido y sentimiento. Puesto que nos tenemos que ir, qué menos que intentar arreglar lo por venir.
Un saludo... y me gustó la composición, compañero.

 

...Uyyy, qué fallo. ¡Compañera!... y me gustan también tus compañeros de piso, je je.