Seré luz

Alcanzo el anonimato,

entre cárceles mudas,
la espesura de la vida es condena,

entre palabras cruentas,
alcanzo nuevas tintas,
de expresividad libre y visceral,

lanzo mis clamores al viento,
y el tiempo me escucha,
aún quebrado,

aún motivado,
me encuentro, repartiendo mis pedazos,
exponiendo mis debilidades,

escribo,
tantas verdades,
y tanta injusticia,

escribo,
tanta simpleza,
tanta felicidad negada,

complejo el mundo,
vuelve risueño al despechado,
vuelve melancólico al más dichoso,

te escribo, vida,
como si te pudiera corregir,

te escribo, muerte,
como si me pudieras entender,

observo,

y el paisaje me invita,
a ser horizonte,
a ser caudal de su fuerza,

me impregno de astralidad,

y me desvanezco en mi propia luz.

 

Este poema refleja una búsqueda interior intensa, donde el yo lírico se enfrenta a la vida, a la muerte y a sí mismo con total honestidad. A través de la escritura, expone su fragilidad, su inconformidad y su deseo de comprender lo incomprensible. La vida aparece como una condena y un misterio; la muerte, como una interlocutora silenciosa. En medio de esa tensión, el poeta lanza sus verdades al mundo, sabiendo que tal vez no serán entendidas, pero necesitando decirlas igual. Al final, se disuelve en su propia luz: una imagen poderosa de alguien que, tras haberse dado por completo en palabra y pensamiento, encuentra una forma de trascender, no huyendo, sino abrazando su propia esencia.

Saludos cordiales