Silencio...

Silencio...

Silencio...

No hagas ruido...
No respires...
Cualquier movimiento podría romper
la frágil atmósfera de silencio
que me envuelve...

Silencio...

Baja la voz...
Pues no puedo escuchar el
latir de mi corazón enamorado...

Silencio...

No digas nada,
no rompas ese eterno instante
en el cual tu cuerpo
me embriaga con su esencia...

Silencio...

No alteres la armonía con palabras,
escucha, aguza el oído
y tal vez percibas mi alma
al fragmentarse lentamente
abandonando mi cuerpo...

Silencio...

No hagas ruido...
Deja que la noche cobije
con su manto
el llanto de los enamorados...

Silencio...

No pronuncies palabras alguna,
pues estás ahuyentan al amor,
donde hay palabras
no hay sitio para la pasión.

Por ello calla...
dejemos que besos y caricias
ocupen el sitio abandonado
por las palabras...

 

Es en el silencio donde el alma se sosiega, por otro lado el mundo sería mucho mejor si escucháramos más y habláramos menos.
Mis aplausos y estrellas poeta, construcción originalísima de un poema con un contenido trascendente.
Abrazos.

 

Felipe Antonio Santorelli: Si escucharamos más seguido lo que el silencio trata de contarnos, aprender su lenguaje... tal vez encontraríamos el amor y la felicidad más seguido y más pronto...

Besos al vacío...