Sin vicio.

Hemos ganado.
Hemos vencido.
El poder reinante ha sucumbido.


Pero Señor Creador, ¿ Qué ha sucedido ?


" Tenías que ser un ocho tumbado.
Tenías que ser infinito.
Tenías que serlo, mas no lo consigues.
Y eso no cabe en los escritos. "


¿ Yo ? Pero si sólo soy humano, y divino. En esta Divina Comedia, de la rosa con espinas.





" Tú debías pintar, junto a Velázquez, las Meninas.
Y escribir las Soledades, junto a don Luis de Góngora y Argote.
Amén de ser discípulo de Jesús de Nazareth, en el Líbano y Palestina.
Y recibir con él, latigazos y azotes. "


¿ Yo ? ¿ Para hacerme eterno ? ¿ Y así, llegar al Gobierno ?


" Para ser barriga.
Para ser ombligo del mundo.
Para ser digestivo, como las galletas integrales gruesas.
Para ser el que pone la mesa. Y brillar en la cocina. "


¿ Embadurnado de harina ? Con las manos, en la masa.


" Mas no lo hiciste. Y por eso, viniste, viste y venciste.
Y eres el César de Roma.
No te lo digo en broma.
No obstante, ya no fumas tabaco, y respiras un buen aroma. "


Gracias, Amor-Bondad. Estás en mi corazón, y podemos ser felices, a partir de ahora.

 

Precioso mas profundo de lo que a primera vista parece, necesita una segunda lectura para extraerle todo el jugo, es filosófico y genial, mi más sincera felicitación, es para leerlo y re-leerlo. Saludos cordiales. Claudio

 

Gracias, amigo. El Infinito puede esperar.
Es como el Mar, y proporciona muy altas miras.
¡ Qué bien ! El Paraíso, junto a la playa.
Pero también se parece a la barriga. Y por lo tanto, al ombligo del mundo.
Es decir que uno cree merecerlo todo, entonces.


Pero ésa no es mi misión. Entonces, fumaba tabaco porque parecía como que...


Mi misión sí era acabar siendo el ombligo del mundo.
Gobernando, mandando...
Engordando, bebiendo y comiendo.
Eructando, etc.


Y el vicio viene porque uno reniega de sí mismo. ¿ Qué eres tú y qué es lo que te agrada ?


Y eso estoy descubriendo.
¿ Qué soy yo ?
¿ Qué me agrada ?
¿ Por qué todo tiende a Infinito ?


Pues no puedo seguir así. Me quedo como estoy. No gobernaré el mundo.