Sincera senectud

Cuántas veces he amado

al fantasma del amor

cuantas veces he ardido

en su vano resplandor.



En las pupilas brillantes

he consumido mis horas

esperando el breve instante

de una mirada traidora.



Vano amor de juventud

ofuscación del placer

del limpio amor ataúd

señuelo del padecer.



He abrazado espejismos

que se han disuelto en mis brazos

amores como onanismos

sueño en gélidos regazos.



En el fondo del espejo

turbio ya de tantos años

veo mis amores añejos...

...amores no: crueles engaños.

​

 

Hermosas letras para expresar un sentir tan profundo y que triste debe ser haber vivido en espejismos y engaños . Me conmueve este poema. Un afectuoso y sincero gran abrazo.

 

Muchas gracias, Zev, compañero. La salud es fundamento de la felicidad y, afortunadamente, esa no me falta. Pero se agradecen tus palabras. Por cierto: la cita wildeana de tu avatar me parece iluminadora, como casi todo lo de Wilde. Un abrazo,
miguel

 

Hola, Bristy, mi encantadora lectora: muchas gracias por tu grata compañía en mis letras. La vida, vista en su conjunto desde la perspectiva de la edad, tiene sus espèjismos y, en su totalidad, resulta ser un engaño. Pero un engaño muchas veces feliz, como un juguete en las manos de un niño. Un muy cordial saludo,
miguel

 

Muy interesante esa relación del amor con los tan actuales algoritmos; lo lamentable es que la vida sea tan corta que no nos deje acumular información suficiente para que el vector resultante sea fiable. Pero por eso recurrimos a la magia del azar... Un placer, compañero Cris Cam.
Un abrazo desde España,
miguel