Son ellas.

Califico los exámenes de las semillas de las carabinas,
las que pueden penetrar la piel y el alma
pero no pueden quitar el corazón.
Y he hallado,
que todas ellas son sin culpa metálicas y absurdas,
sin miedo de matar y herir con pasión.
Son como ríos de muerte que dejan cenizas
dentro los días,
y por debajo de las noches
antes que salga la vida
o muera para siempre el sol,
son ellas,
un triste adiós.

 

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