Te sigo

Te sigo


Sigo.
No porque crea.
A veces creo.
Pero a veces solo sigo,
porque el cuerpo tiene memoria
y mi alma no se rinde aunque no le vea sentido.

Sigo.
Porque amé, y no siempre me amaron,
pero aún así,
cada vez que una mirada se quedó,
sentí que el mundo valía la pena.
Y me bastó.
Y dolió.
Y aún así, me bastó.

Sigo.
Porque aprendí a quedarme sin desaparecer.
A necesitar sin perderme.
A jugar sin someterme.
A que el otro no es mi casa,
pero sí puede ser abrigo
si también se abriga a sí mismo.

Sigo.
No por fuerza,
ni por fe,
ni por destino.
Sino porque cada paso es una respuesta sin palabras
a esa pregunta que no sé formular
pero que me arde.

Sigo.
Y hay ternura.
Cuando me escucho.
Cuando me abrazo.
Cuando me atrevo a estar sin que nadie me llene.

Sigo.
Y hay equilibrio.
Cuando sé elegir sin justificarme.
Cuando veo que el dolor y el deseo
no son enemigos,
sino maestros.

Sigo.
Y hay hielo.
Frío.
Nítido.
Porque el mundo no se detiene a esperarme.
Y si no avanzo, me congelo.

Pero incluso el hielo
a veces brilla.


9/08/2025
Dikia

 

Es un maravilloso poema Dikia, profundo, llega al alma. Cada verso dice tanto, y me hace reflexionar acerca de mi propio andar.
Es un enorme placer leer tu obra. Felicitaciones y gracias por compartirla.
Un gran abrazo y buen fin de semana.