Tigres Rojos

Flujo constante y reincidente
Todo se repite,
todo intermitente.

Los afectos, la amargura, el contento, la venganza y el perdón
una rueda permanente con dejos de obsesión.
La piel lozana mirando desde la ventana,
una costra dura y rocosa luego de una larga temporada…

La sonrisa de los ángeles un día veraniego,
la furia de los dientes rotos contra el cielo.
EL entorno de lugares y personas que nos mantiene cautivos,
una soledad inexpugnable frente a la imposibilidad de ser creativos.

Y en los silencios, las voces de las gentes codiciosas,
repitiendo eternamente quienes somos, dejando nuestras mentes tan ociosas.


Sin pausas
miradas vacuas
y movimientos cautivos
nuestros ojos son del alguien
y nuestros cuerpos son temidos.
Dentro de una caja negra de residuos,
nos sentimos tan seguros,
suavemente destruídos.


La rebeldía yace en el pecho,
en tus palabras
y en tus hechos;
sólo el ignoto día que se marchen estos miedos


Pardos animales son tigres rojos de furia,
los deseos llameantes de saltar con premura
hacia los insondables misterios sin temor a las dudas.

Un peligro latente que nos remecerá la entrañas,
promesa cautiva de vida plena y sin trabas.

 

La maravilla del arte en las letras divinas.

 

Un poema fuerte de contenido, se vislumbra el tiempo meditado. He disfrutado con la lectura.
Saludos y gracias.

Palmira

 

Curioso, no entiendo porque me gusta, cuando no lo entiendo del todo.